Lo bueno, o lo malo, que tienen los refranes es que suelen cumplirse. Si no no serían refranes y serían promesas electorales, por ejemplo. Y tenemos el tan manido y tan poco valorado didácticamente de “No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos” que me da pánico que se pueda cumplir a propósito de La Tierra, de nuestra casa. Porque está pasando: la estamos perdiendo. LA ESTAMOS MATANDO
Y no querer ver esto, literal y figuradamente, es un grave problema.
Hace años que apenas existe la primavera y el otoño, vamos a los extremos. Este mismo 2017 nos ha venido el frío hace dos días, como quien dice. De golpe. Y NO LLUEVE. ¿Cómo se va a quitar, por ejemplo, la capa de mierda, con perdón, que tiene el cielo de Madrid -cuidad a la que amo y a la que no querría ver nunca con oxígeno artificial para respirar- si no cae una gota de agua y todo se le vuelven coches y más coches y fábricas y más fábricas?
La tala de árboles está descontrolada y sin árboles no hay vida! Que el ciclo del aire y del oxígeno se estudiaba hasta en EGB y ahora me consta que también y encima mejor! Que todo el asunto del aceite de palma no debería preocuparnos tanto por si es como manteca para nuestras arterias, que por supuesto que también, como que está suponiendo la deforestación de medio mundo.
Que por esto y por más cosas nos estamos cargando a las abejas Y SIN ABEJAS NO HAY VIDA!!
El oligofrénico de Trump sabe, tan bien como todos los que le apoyan, o como todos los que le mandaríamos al psiquiátrico más apartado, o como todos los grandes empresarios del mundo todo lo que está pasando pero a ellos les da igual PORQUE SÓLO LES IMPORTA EL DINERO. EL PUTO DINERO. El aceite de palma es un negociazo porque les da toneladas de millones al día a los que ya no saben ni dónde guardarlo o esconderlo, que esa es otra…
Tenemos la suerte de estar colocados en tal punto del globo que nuestro sol es maravilloso y podríamos vivir canalizando la energía que nos da y sin embargo PAGAMOS COMO BORREGOS A LAS COMPAÑÍAS ENERGÉTICAS a las que, misteriosamente, se les debe dinero desde el estado (y de ahí la protección? Pero, de nuevo, eso es otro tema). Y volvemos al nudo gordiano: EL DINERO. Tanto al gran empresario como al ciudadano de a pie sólo les/nos mueve el dinero. Mientras tengamos para pagar nuestras facturas miramos para otro lado. Pero el día que nos corten el agua porque no hay (QUE SERÁ EN BREVE) empezaremos a protestar. Se escuchará desde la luna nuestro “¿¡Pero esto por qué?! Que la saquen de las botellas, no?!”. Claro… El agua mineral es de laboratorio, no te digo…
En fin… Sólo quería gritar el dolor que siento y la preocupación que siento al ver que sólo nos interesa nuestro día a día y, a ser posible, si no es mucho pedir, que no nos hagan pensar demasiado. Y es evidente que no se soluciona sólo con la conciencia desde cada una de nuestras casas, con esos pequeños gestos que todos conocemos. Se trata de que, además, empecemos a darnos la mano, la puñetera mano emocional y exijamos lo que merecemos y lo que la Tierra merece.
El ser humano se ha erigido dueño absoluto de un mundo que, si hubiera sabido a quién le daba el desarrollo cognitivo…puede que se lo hubiera pensado y seríamos nosotros las hormigas en un mundo dominado por seres de amor (y no seres que matan animales porque los ven como trofeos, porque quedan bien esos cuernos en sus casas pero, en fin.. Esa historia sería también, para otro día..).
Os recomiendo información desde las acciones de Al Gore (ved “Una Verdad Incómoda” por fa) o páginas de redes sociales como Climate Reality Project que son el telediario de, como diría F. Rodríguez De La Fuente, nuestra madre Tierra.
No esperemos a perderla para saber lo que tenemos. Por favor.